lunes, 10 de junio de 2013

El círculo vicioso entre la hipertensión y la diabetes













Santo Domingo. Cuando dos enfermedades crónicas se alían, como lo hacen frecuentemente la hipertensión y la diabetes, pueden ocasionar un infarto al miocardio, insuficiencia renal, accidentes cardiovasculares e, incluso, la muerte.


"La población hipertensa adulta dominicana, comprendida entre los 17 y los 75 años, era de un 35 por ciento; mientras que la que sufre de diabetes, de un 10 por ciento. Ambas enfermedades, junto con la obesidad, son los tres padecimientos más proclives a provocar enfermedades cardiovasculares", apunta el cardiólogo Rafael Pichardo, basándose en un estudio que realizó en el país hace un año.
A juicio del también ex director de Investigación del Instituto Dominicano de Cardiología, el dominicano es sedentario y su estilo de vida no es saludable, ya que consume mucha grasa y no lleva una dieta rica en frutas, vegetales y verduras; aspectos que derivan en la obesidad: el factor principal de la hipertensión diabética.
Otro punto a tomar en cuenta como producto de la sinergia de estas enfermedades, es que los diabéticos adolecen de los riñones, porque estos no manejan bien la eliminación de sal y el paciente la absorbe, y la fija en las arterias y en los tejidos del cuerpo, conllevando así a elevar la presión.
También existe otra causa en el desarrollo de la hipertensión: la persona con diabetes está más expuesta a sufrir daños en las arterias, pues éstas tienden a estrecharse y el corazón se ver forzado a la hora de expulsar la sangre.
Sin embargo, el hipertenso diabético en República Dominicana ya no muere como antes, por un aumento de azúcar en la sangre, sino por los factores bioquímicos que dañan la arteria que depositan grasa en las paredes y que desarrollan una tercera enfermedad que es la coronaria. Entonces, el 80 por ciento de los diabéticos fallecen de un infarto. Esto ha hecho la enfermedad más severa.
Síntomas de alerta
La hipertensión y la diabetes suelen ser silenciosas. Por tanto, se debe estar bien atento a los síntomas que las ponen en evidencia; cansarse al caminar y al subir unas escaleras, así como tener dificultad para respirar bien, son algunos de ellos.
Otro síntoma de la diabetes cuando no está controlada es comenzar a tomar agua y orinar mucho, por lo que se recomienda a todos los pacientes entre 30 y 40 años que empiecen a orinar repentinamente sin tener una infección en la orina y sin padecer de problemas en la próstata, que verifiquen sus niveles de azúcar en la sangre.
¿Qué hacer?
Como un ataque cardíaco es lo peor que le puede pasar a un paciente con hipertensión diabética, y suele ocurre en la mayoría de los casos en la madrugada, es aconsejable visitar regularmente a su médico, y llevar un buen estilo de vida, ya que estas enfermedades no sólo se heredan, sino que se adquieren por los malos hábitos del mundo moderno.
Una dieta adecuada, rutinas de ejercicios, comer bajo en sal, consumir frutas (sobre todo las que tienen potasio, porque baja la presión), eliminar o limitar los carbohidratos; así como aumentar las fibras y llevar un adecuado control de la presión arterial, propician una vida más saludable y longeva.
Aunque, por lo general, la hipertensión y la diabetes no se pueden curar, mediante el control adecuado de las cifras de glucosa en sangre y del nivel de presión arterial, se puede retrasar el daño que la alianza de este par de padecimientos produce en el organismo.
La población joven con estas enfermedades se ve más afectada que hace 20 años atrás, pues sólo se acercan a consulta los mayores de 40 años.
Fuente:diariolibre.com

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