miércoles, 2 de agosto de 2017

Michel Temer enfrenta votación sobre su futuro como presidente de Brasil

Para los mandatarios brasileños agosto es el mes más cruel, y ahora plantea un posible desafío insuperable para la presidencia de Michel Temer.
En tiempos modernos, agosto ha sido un mes devastador para muchos presidentes brasileños, 31 días en los que se registraron impugnaciones o renuncias. Uno incluso se suicidó. La predecesora de Temer, la expresidenta Dilma Rousseff, fue destituida el 31 de agosto del año pasado por violar las normas fiscales en su gestión presupuestaria.
Temer enfrenta ahora su propia crisis de agosto, una votación el miércoles en la cámara baja del Congreso sobre si debería ser suspendido y juzgado por una acusación de sobornos que el fiscal general de Brasil presentó en su contra.    
Los legisladores opositores confían en que podrán añadir a Temer a la lista de víctimas de agosto, ya sea esta semana por la acusación de sobornos o en un probable cargo de obstrucción a la justicia que el fiscal general Rodrigo Janot podría presentar este mes. La segunda opción iría acompañada de su correspondiente votación en la Cámara de Diputados.                  
"Incluso si gana ahora (el miércoles, el problema para él) no se habrá acabado", dijo Claudio Couto, profesor de ciencias políticas en la Fundaçao Getúlio Vargas, una universidad y centro de estudios de Sao Paulo.         
Temer está acusado de recibir los sobornos de forma indirecta, a través de un confidente al que la policía descubrió cargando una maleta con unos 150.000 dólares en efectivo.

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