martes, 20 de febrero de 2018

El acoso sexual es violencia

Hubo una época en que para P.B. el trabajo era una fuente de ansiedad y molestia. Y no precisamente por las tareas que tenía asignadas o por los compañeros que le habían tocado. “Tenía un jefe que me interceptaba en los pasillos, me asediaba con palabras no directas pero sí insinuantes, con gestos, apretones o pellizcos...”, cuenta la mujer sobre las insinuaciones sexuales de uno de sus superiores.
“Un día -prosigue-, para que no me siguiera molestando, yo le dije: 'Búsqueme 200,000 pesos para echarle plato a mi casa’, a lo que él me respondió que estaba muy caro, pero eso me sirvió para que no me molestara más. Después de eso el trato como jefe cambió: me abochornaba por todo. Era una situación muy incómoda”.
Más de una se sentirá identificada con la historia de P.B. Ella fue víctima de acoso sexual, un problema que ha centrado el debate público internacional desde que se destaparan, en octubre del 2017, las acusaciones de abuso contra el productor cinematográfico estadounidense Harvey Weinstein. El escándalo impulsó en las redes sociales un movimiento que invitaba a las mujeres a compartir sus historias de hostigamiento utilizando la etiqueta #MeToo (#YoTambién).
Cómo y dónde
La ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar define el acoso sexual como “toda orden, amenaza, constreñimiento u ofrecimiento destinado a obtener favores de naturaleza sexual, realizado por una persona (hombre o mujer) que abusa de la autoridad que le confieren sus funciones”.
De ahí que exista la creencia de que quien comete acoso sexual se encuentra siempre en posición de autoridad frente a su víctima.
“Eso es parte de los mitos que se han construido en torno al acoso sexual”, aclara Zobeyda Cepeda, abogada e integrante del Foro Feminista Magaly Pineda.

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