martes, 11 de marzo de 2014

Salud: Claves para prevenir el hígado graso

SANTO DOMINGO. La esteatosis o el comúnmente llamado "hígado graso" es la acumulación de grasas en la célula hepática. Esta patología, más frecuente en las mujeres, aumenta porque está asociada a la obesidad, la hipertensión y el colesterol. También se presenta cuando hay un exceso de grasa en la zona abdominal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que el 80 por ciento de los adultos que padecen la enfermedad pueden prevenirla con un buen de estilo de vida.
Según explica el gastroenterólogo, Sidney Espinosa Morales, el término hígado graso o esteatosis hepática, también llamado hígado graso no alcohólico (no confundir con cirrosis), se refiere a una patología muy frecuente (de 20% a 30%) de la población general la padece, aumentando su prevalencia en hispanos.
La edad más frecuente es a partir de los 60 años, aunque puede presentarse en jóvenes y hasta en niños. La prevalencia predomina en el hombre, pero aumenta en mujeres post-menopáusicas.
En cuanto a la técnica de diagnóstico más frecuente, Espinosa Morales señala que la sonografía abdominal puede arrojar un cuadro certero de la enfermedad. También a través del FibroScan, un método no invasivo y relativamente nuevo, se mejora el diagnóstico al cuantificar con exactitud la cantidad de grasa en el hígado.
"Es importante descartar el consumo de alcohol: en la mujer (no más de una copa al día) y en el hombre (no más de dos) para hacer el diagnóstico de hígado graso no alcohólico", dice el medico con consulta en el Centro Médico UCE.
Las causas
Incluyen: factores genéticos, diabetes mellitus tipo 2, dislipidemia (colesterol y triglicéridos elevados), obesidad visceral (barriga grande) y sedentarismo. Otras pueden ser, la pérdida de peso rápido, las cirugías bariátricas (by-pass o manga gástrica) y medicamentos (tetraciclina, corticosteroides, progesterona-anticonceptivos orales).
Generalmente el paciente es asintomático y no muestra alteraciones de las enzimas hepáticas. Se podría producir la evolución de hígado graso a esteatohepatitis no alcohólica (NASH) debido principalmente al estrés oxidativo, que no es más que el aumento del metabolismo de las grasas asociado a un incremento de los radicales libres.
Un aporte hipercalórico con exceso de carbohidratos, grasas saturadas y alimentos procesados, están directamente relacionados al hígado graso.
Aunque esta patología fue descrita hace 60 años y bien caracterizada hace 30, es relativamente reciente que acapara la atención médica no sólo por su alta incidencia en las sociedades occidentales, sino por su relación con la esteatohepatitis no alcohólica, enfermedades coronarias, arterioesclerosis y síndrome metabólico.
La pérdida de peso, el ejercicio físico, una dieta balanceada y corregir las alteraciones metabólicas (como diabetes mellitus tipo 2 y dislipidemia) son el tratamiento de elección para el hígado graso, junto con la vitamina E, antioxidantes y suplementos con Omega 3.
Las claves para prevenirlo
Reducir los azúcares refinados, los carbohidratos, las grasas de origen animal y el alcohol. Comer más verduras, pescados, yogurt y frutos secos.
La actividad física es otra aliada contra la esteatosis.
Evitar el consumo de alcohol.
Consultar al experto en la salud antes de tomar medicamentos como los analgésicos, antiinflamatorios o estrógenos.
Reducir el peso en forma gradual. Nunca lo hagas de manera vertiginosa, porque puede empeorar más el cuadro.
Tener la vacuna contra la hepatitis A y B.
Aumentar la ingesta de antioxidantes.
Algunos profesionales de salud, recomiendan la vitamina E.
fuente:diariolibre.com

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