viernes, 20 de marzo de 2015

Imponen 20 años a cadena perpetua a dominicano mató hijo con pizza envenenada con "Tres Pasitos"

NUEVA YORK._ Un juez de la Corte Criminal de El Bronx, impuso 20 años de cárcel a cadena perpetua al padre dominicano Leonardo Espinal, declarado culpable de matar as u hijo con veneno para ratas del conocido como “Tres Pasitos”, que le dio en una piza.
Espinal de 49 años de edad fue acusado de asesinato en segundo grado por la muerte de su hijo Steward Espinal y también le dio de la misma pizza a su hija Mía de 7 años de edad, pero ella logró vomitar el alimento, salvándose milagrosamente, lo que no pudo hacer el varón.
El hecho ocurrió en noviembre del 2012 en el apartamento de la familia en El Bronx, después de enterarse que su esposa Rosaura Abreu, tenía relación con otro hombre, aunque la pareja estaba separada.
Los fiscales dijeron que Espinal, tomó venganza en sus hijos con la intención de matarlos con el raticida, despechado porque la mujer lo había abandonado por otro hombre.
Espinal, también comió de la piza, pero el veneno al parecer, no le hizo gran efecto y se encerró en el baño del apartamento, hasta que llegaron oficiales de la policía que tuvieron que romper la puerta.
El padre estaba aturdido y mareado, pero respirando, mientras el niño de 5 años de edad ya había muerto por la intoxicación.
El menor estaba sumergido en la bañera que había acumulado suficiente agua.
La madre y la niña, recibieron terapia psicológica por los traumas de la tragedia.
El caso contra Espinal, estuvo a cargo de la Fiscal Auxiliar Jill Starishevsky de la Unidad de Crímenes Sexuales y Abusos de Menores de la Fiscalía del Distrito de El Bronx.  
LA HISTORIA
Espinal, admitió en el interrogatorio con los investigadores que puso veneno en un pedazo de pizza para matar también a su hija Mía de 7 años, según reveló  el noticiero del canal 4 de la cadena NBC.
El dominicano staba siendo investigado por el asesinato del niño cuyo cadáver fue encontrado en la bañera del apartamento de la madrastra del sospechoso con signos de haber sido asfixiado en el agua, dijeron fuentes policiales al canal 4.
Las versiones preliminares sobre la tragedia sostienen que Espinal estaba despechado porque su mujer, Rosaura Abreu de Espinal, de quien se dijo es puertorriqueña, lo había dejado hacía 15 días. El se fue a vivir con su madrastra en el edificio 179 de la avenida Walton, donde presuntamente perpetró los crímenes.
Los investigadores dijeron que la madre le había entregado los dos hijos a Espinal para que los cuidara y que él los recogió a las 10:00 de la mañana del día que los envenó, quedando en entregárselos a medianoche, después que ella saliera de un restaurant cercano a su casa donde trabaja.
La pareja llevaba 10 años conviviendo, pero hacía tres semanas la mujer decidió romper las relaciones con el dominicano. La investigación refiere que ella tiene una relación con otro hombre que no ha sido identificado.
Luego de cometer el hecho, Espinal llamó a su madre y le dijo que se iba a suicidar. La madrastra al verlo encerrado en el baño con el niño llamó al 911 y agentes policiales llegaron a la escena acompañados por la madre de los menores.
Cuando revisaron la situación física del menor, este no respondió y los oficiales le aplicaron los primeros auxilios sin éxito, teniendo que ser ingresado en el hospital San Barnabás de la calle 186 y Tercera Avenida, donde falleció.
Su hermanita también fue internada en ese necrocomio en estado crítico, pero los médicos dijeron que sobrevivirá al veneno.
La niña fue hallada sufriendo fuertes convulsiones, vómitos incesantes y temblores.
La fuente le dijo al canal 4 que Espinal confesó que había envenenado a sus hijos y quería suicidarse.
El varón murió en el hospital a las 2:50 de la madrugada.
Cuando la policía llegó al apartamento, los oficiales tuvieron que derribar la puerta de entrada y hallaron al niño desnudo e inconsciente en la tina del baño.
"Leo mató a mi bebé", le dijo ella a Francisco Medrano, un amigo de la familia. "Me imagino que por lo único que él (Leo) iba a hacer algo así es por venganza contra Rosaura", explicó Medrano de 42 años de edad.
Espinal tuvo que ser arrastrado por agentes policiales para poder sacarlo arrestado del apartamento, estaba vestido sólo con una pijama y gritaba como un loco y fue internado en el hospital Bronx Lebanon para observación siquiátrica.
Espinal se desempeñaba vendiendo embases plásticos de cocina de la marca Tupperware y Abreu es camarera en el restaurante de El Bronx cercano a su casa.
Medrano dijo que la pareja se veía como una familia "normal" y que el asesino parecía buena persona. "Para mí, era un hombre normal y ella es también muy buena persona y ha trabajado todo el tiempo".
Medrano rehusó confirmarlo, pero dijo que la puertorriqueña había jurado no volver a juntarse con Espinal nunca más.
Debía devolver los menores a la madre a medianoche, pero la llamó y la preguntó que si los niños podían amanecer con él a lo que ella accedió.
Cuarenta minutos después de esa llamada, Espinal llamó y amenazó con suicidarse. Vecinos dijeron haber escuchado un grito antes de que llegara la policía.
Wendy Agustín dijo que oyó gritar a una mujer, pero no se sorprendió porque gritos como esos son normales en el edificio.
El superintendente del edificio Diego Quiñones dijo que la mujer echó a Espinal del apartamento porque no quería pagar un solo centavo de renta. El declarante dijo que la esposa de Espinal es puertorriqueña.

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fuente:elnuevodiario.com.do

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