domingo, 19 de julio de 2015

Cinco personas desaparecen cada día en El Salvador,90 por ciento son hallados muertos.

Cinco personas se extraviaron, en promedio en el país, entre el 1 de enero y el 30 de mayo de este año, para un total de 769 casos registrados en ese periodo, de acuerdo con cifras proporcionadas por la Policía Nacional Civil (PNC).
La mayoría de las víctimas tiene entre 15 y 30 años y, según las autoridades, el 90 por ciento de los desaparecidos son hallados muertos.
San Salvador con 61 casos, Santa Ana con 38, Soyapango con 25, San Miguel con 20, Mejicanos con 19,  Apopa y San Martín con 17, así como Colón y Santa Tecla con 14, son los municipios con más personas perdidas. 
El antropólogo forense Oscar Quijano asegura que, por lo  general, los restos de esas personas son hallados en barrancos, pozos y quebradas, transcurrido un periodo de entre seis meses y un año.
“Estos casos están ligados directa e indirectamente a grupos de pandillas y el narcomenudeo”, afirmó Quijano. Sin embargo, aclara que algunas víctimas no tienen nada que ver con esos grupos sino que son asediadas por envidia, por negarse a pertenecer a las maras o por el simple hecho de caerle mal a alguien.
Sobre las desapariciones, Quijano afirma que  las pandillas están detrás de estos casos y lo hacen con el objetivo de retrasar o entorpecer investigaciones, alterar el cuerpo del delito y dificultar el hallazgo de los mismos
Además, recurren al desmembramiento de las víctimas con el propósito de cavar menos, permanecer menos tiempo en los sitios donde lo hacen y dificultar la identificación del cadáver, aseguró el antropólogo.
El criminalista Carlos Ponce interpreta estos casos como la evolución criminal de las maras. Además, las pandillas recurren a las desapariciones para demostrar que los asesinatos han diminuido. 
Uno de los casos más recientes ha sido la desaparición del joven Rafael Antonio Marroquín Gudiel, de 17 años, quien el 6 de junio salió hacia el colegio donde estudiaba, en Ilopango, y ya no regresó a su casa. Días después, un sujeto llamó a un familiar para decirle que sabía del paradero del estudiante y que lo entregaría a cambio de  una suma de dinero en un plazo máximo 12 horas. La familia no tenía dinero, pero se rebuscó por obtenerlo y depositarlo en la cuenta bancaria que les había indicado el sujeto. 
Entregaron el dinero, pero Rafael Antonio no regresó a su casa.
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fuente:elsalvador.com

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