martes, 4 de agosto de 2015

Ciudadanos que han sido asaltados padecen ansiedad generalizada, según experto en psiquiatría

La delincuencia en el país se vuelve cada vez más agresiva. El mal no solo les toca a los individuos en las calles con destino a sus lugares de trabajo o quienes van de regreso a sus casas sino que  dos entidades bancarias han sido asaltadas con una diferencia de solo 8 días.
Una persona que sufre un asalto o que es testigo de uno cambia su comportamiento  de repente. Además de las heridas que pudiera dejar el hecho en quien es víctima de la delincuencia, este le marca  psicológicamente.
Quienes han sido víctima de un asalto redefinen sus hábitos para evitar vivir nuevamente una experiencia similar, esas modificaciones van desde cambiar sus horas de salida hasta controlar la salida o llegada de sus hijos.
El psiquiatra Secundino Palacios, enumeró los síntomas posteriores a un asalto y aseguró que la persona no debe quedarse callada como les pasa algunas, fruto del shock, sino que deben buscar ayuda, “contar lo que les pasó”. 
“Va a ser mas desconfiado en la calle; no permitirá que nadie se le acerque, vivirá desde el momento en que sea asaltado o asaltada, asustado, temeroso, ansioso y dormirá menos”. 
Todos estos síntomas son parte de lo que en el mundo de la psiquiatría se conoce como ansiedad generalizada, de la cual una de sus principales expresiones es el pánico, de acuerdo con el experto en los trastornos mentales. 
El cambio en la rutina de personas asaltadas consultadas por este medio corrobora lo expuesto por el doctor Palacio
Cristian Reyes, es taxista, acudió  al palacio de la Policía Nacional para querellarse en contra de tres hombres que  le robaron su carro después de propinarle 5 puñaladas y sustraer su cartera de bolsillo.
Según Reyes, mientras trabajaba recibió una llamada de alguien que solicitaba sus servicios alrededor de las 8:30 de la noche. Le dijeron que le esperarían en una plaza comercial de esta capital.
Cuando Reyes llegó a la dirección acordada, 3 hombres con edades entre 20 y 23 años abordaron su taxi y le pidieron que los llevara a una escuela que está ubicada detrás del Colegio Don Bosco, en la calle San Juan Bosco 27, Santo Domingo, donde los desaprensivos cometieron el hecho.
Ahora el hombre ha decidido que no trabajará por las noches y que cuando le llamen no montará en su vehículo a más de 2 pasajeros.
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fuente:listindiario.com

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