Hace ya más de dos meses que en esta silla plástica, el menor pasa sus días, desde que sale el sol hasta que oscurece.
Según nos cuenta Rosa Maria Beltré, abuela del menor y autora de este drástico método, el niño sufre de epilepsia y cuando sale a caminar se le extravía de tal forma que tiene que movilizar a sus vecinos para que le ayuden con su búsqueda.
El infante nunca ha asistido a la escuela debido a que los ataques epilépticos que sufre son muy fuertes, alegó la abuela
Corte: él está como malo de la mente, lo mismo que le daba al papá, le da a él.
Rosa María Beltré dice estar consciente de que tener al niño amarrado no es la forma correcta, pero que lo hace para que no vaya a ser atropellado por algún vehículo en la calle.
En una humilde vivienda vive esta señora junto a sus tres nietos, que desde que murió su hijo hace tres años, es ella quien se ha hecho cargo.
fuente:noticiassin.com
La madre del menor visita con poca frecuencia a sus hijos y Rosa María tiene que ingeniársela para poder alimentarlos.
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