viernes, 18 de marzo de 2016

Alerta roja en Haití y el Corredor Seco centroamericano por hambruna desatada por fenómeno El Niño

ROMA. El tiempo corre en contra de las organizaciones humanitarias que intentan aliviar la crisis alimentaria en Haití y el Corredor Seco centroamericano, donde unos siete millones de personas están sufriendo los efectos de una prolongada sequía acentuada por El Niño.
Ese fenómeno meteorológico es el culpable principal de que esas dos zonas de América Latina estén marcadas con rojo en la lista de emergencias elaborada por las agencias de la ONU dedicadas a la alimentación y reunidas esta semana en Roma para afinar sus estrategias.
Y es que la peor sequía en décadas en las zonas semiáridas de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua ha puesto a más de 3,5 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria.
También necesitan ayuda humanitaria 3,6 millones de personas en Haití, de las que 1,5 millones padecen hambre de forma severa, según cifras de Naciones Unidas.
A pesar de que El Niño es un fenómeno cíclico, el analista del Programa Mundial de Alimentos Rogerio Bonifacio explica que en esta ocasión, además de ser especialmente intenso, se ha producido tras varios años de condiciones “desfavorables”.
Desde 2013 las lluvias se resisten a caer en Centroamérica y la sequía ha echado a perder las primeras cosechas de 2014 y 2015, responsables del 70 % de la producción de maíz.
La escasez continua de alimentos igualmente se ha notado entre la población más pobre de Haití, que acumula ya tres años de dificultades en el campo. En esas circunstancias, no es de extrañar que el 10 % de los hogares haitianos tenga algún miembro que ha emigrado.

“Cuanto más dure la crisis, más difícil será recuperarse. La gente termina vendiendo sus activos y conteniendo otros gastos, como en educación”, sostiene Bonifacio, que ve necesario aumentar la respuesta a través de los programas de emergencia existentes o creando otros nuevos.

Según el asesor de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Naciones Unidas Greg Puley, solo se ha conseguido financiar una cuarta parte de las necesidades humanitarias derivadas de El Niño en América Latina y el Caribe.
La competencia por los recursos está reñida, con numerosas crisis simultáneas en el mundo, si bien no hay que bajar la guardia con El Niño.
Así como la intensidad del fenómeno meteorológico disminuirá este año, los expertos alertan de que la vulnerabilidad de los hogares, los precios de los alimentos básicos y las necesidades humanitarias irán en aumento.
FUENTE:DIARIOLIBRE.COM.DO

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