viernes, 18 de marzo de 2016

López Rodríguez celebra 55 años de sacerdocio; obispos y sacerdotes los consideran "una joya de Cardenal"

Al celebrarse hoy los 55 años de vida sacerdotal del Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, el clero bajo su cuidado y sus hermanos obispos de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), han resaltado sus virtudes y cualidades, especialmente su particular amor y dedicación a su labor pastoral.
La obra de nuestro Cardenal es extraordinaria, no se podría equiparar con la de ningún otro Arzobispo” dijo el padre Cecilio de los Santos, vicario episcopal del clero de la Arquidiócesis Primada de América. “Es un hombre de trascendencia, lo ha sido siempre”.
Ordenado sacerdote en La Vega, el 18 de marzo de 1961, por el entonces obispo de esa diócesis Francisco Panal Ramírez, lejos estaba entonces el flamante presbítero de pensar que al final de su larga y fructífera carrera eclesiástica se le recordaría con estas frases del Papa Paulo VI, de su primera encíclica “Ecclesiam Suam”, publicada el 6 de agosto de 1964, como cita el vicario De los Santos:
“Habiendo Jesucristo fundado su Iglesia para que fuese al mismo tiempo madre amorosa de todos los hombres y dispensadora de salvación, se ve claramente por qué a lo largo de los siglos le han dado muestras de particular amor y le han dedicado especial solicitud todos los que se han interesado por la gloria de Dios y por la salvación de los hombres”.
Liderazgo
El padre Cecilio narra que lo que más admiran los sacerdotes que a lo largo de tantos años han trabajado bajo la autoridad del cardenal López Rodríguez, tanto en San Francisco de Macorís, donde fue el primer obispo, y en Santo Domingo, donde es arzobispo por casi 37 años, es el cariño y el respeto que siempre ha mostrado por todos los miembros del clero y los que trabajan con él.
“En lo personal siempre he recibido su apoyo y me ha dado toda su confianza en las posiciones que me ha designado y en los asuntos que me ha confiado”, dijo. “Es un hombre transparente, ecuánime, que defiende con pasión los valores de la fe y los principios inmutables en los que cree”.
Resaltó que la vida de López Rodríguez ha sido siempre un ejemplo no sólo para la iglesia universal y la iglesia dominicana, sino para todos los creyentes y la sociedad en general.
 “Algunos podrán criticarlo y decir lo que quieran de él, pero nadie puede acusarlo de traicionar sus principios o faltar a la verdad”.
fuente:listindiario.com

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