La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, progresiva y autoinmune.
Se activa cuando el sistema inmunológico del paciente no funciona correctamente y ante un estímulo desconocido como un virus o una bacteria.
Jorge Gobaira, presidente de la clínica Instituto de Reumatología, dice que en condiciones normales este estímulo es removido, pero en la enfermedad, el mecanismo controlador no funciona y el estímulo inflamatorio no puede ser removido.
“Nuestro mecanismo de defensa trata de deshacerse del estímulo patológico, produciendo para su eliminación una serie de sustancias inflamatorias, siendo la más importante el denominado factor de necrosis tumoral (TNF por sus siglas en inglés)”, explica.
El exceso de este mediador inflamatorio es dañino para nuestro organismo, conduciendo finalmente a la lesión de las estructuras articulares, hueso, ligamentos, cartílago. Este daño progresivo destruye la estructura de la articulación lo que finalmente se va a traducir en limitación funcional para el paciente, pero también puede afectar diferentes órganos y sistemas, como pulmones, ojos, corazón, entre otros, resalta el especialista.
Gobaira informa que la patología se presenta en todos los grupos étnicos afectando a cerca de 70 millones de personas en el mundo. “Cabe mencionar que en las mujeres prevalece tres veces más frecuentemente que en los hombres y que el pico de incidencia de esta enfermedad se presenta entre los 35 y los 50 años de la vida (80% de los casos), siendo esta etapa la de mayor edad productiva para la población”, dice.
Estima que alrededor de 150,000 personas sufren de artritis reumatoide en República Dominicana. Es una de las causas más comunes de discapacidad. Después de 12 años de evolución, el 80% tiene discapacidad parcial y el 16% total. Estudios sobre el mal han determinado que la incapacidad para laborar aparece de cinco a 10 años después del inicio de la enfermedad y oscila entre el 43% y 50% en diferentes países.
fuente:listindiario.com
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