lunes, 5 de septiembre de 2016

Madre Teresa de Calcuta: segunda santa que visitó la República Dominicana

La Madre Teresa de Calcuta acaba de convertirse en la segunda santa, elevada a los altares por la Iglesia Católica, que ha visitado la República Dominicana. El papa Francisco la proclamó santa ayer domingo en la Plaza de San Pedro, al pronunciar en latín la fórmula con la que su nombre quedó inscrito en el Libro de los Santos.
El primero fue san Juan Pablo II, que escogió la capital Santo Domingo para iniciar su primer viaje a América Latina como Papa, el 25 de enero de 1979. Luego vino otras dos veces al país, estuvo en Higüey, Los Mina y otras comunidades; celebró varias misas y presidió la inauguración de la III Conferencia del CELAM en 1992.
Una de las anécdotas más difundidas de la Madre Teresa la refirió un periodista que la estaba entrevistando mientras ella limpiaba de gusanos la pierna de un moribundo. “Yo no haría eso ni por un millón de dólares”, le confesó el reportero, a lo que la monja respondió: “Por un millón de dólares, yo tampoco lo haría”.
En la RD
La santa también tiene su anecdotario dominicano. Llegó al país el 5 de julio de 1982 y permaneció por más de una semana. Al día siguiente salió de madrugada para San Juan de la Maguana y Elías Piña, luego de un viaje de más de doce horas en avión, desde Medio Oriente a Santo Domingo, con escala en Nueva York. Allí dejó abierta una guardería para niños pobres.
Fue recibida por el entonces arzobispo metropolitano, Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien le acompañó en varias de sus actividades y visitas a los sectores más empobrecidos de la Arquidiócesis, en la apertura de tres fundaciones que aún dirigen la congregación de las Hijas de la Caridad fundada por ella. 
Olga Sánchez, productora por quince años de Televida, cuenta que una noche se presentó sorpresivamente en la parroquia San Pablo de Cristo Rey. “Nos quedamos fríos, porque la habíamos seguido tratando de verla y hablar con ella, y de pronto Dios nos la envió a nuestra parroquia”. A Olga Sánchez le enseñó una oración que ella ha repetido desde entonces todos los días de su vida: “Jesús, yo creo en tu tierno amor por mí, yo te amo”.
fuente:listindiario,com

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