
Esas debilidades se hicieron patentes hace algunos meses cuando el padre del ex oficial, general retirado Percival Peña, sobrevoló el Palacio Nacional en una avioneta y arrojó volantes sobre ese vecindario, en un giro radical de sus constantes pronunciamientos.
Percival Peña ganó notoriedad adicional porque la seguridad del Estado evitó darle mayor connotación a un hecho muy grave, en momentos en que el presidente Medina recibía las cartas credenciales de cuatro embajadores que se acreditaban ante su régimen.
En la ocasión simplemente fue detenido brevemente cuando aterrizó su avión en el aeropuerto El Higüero, y dejado en libertad para que continuara su vida supuestamente contestataria, de peña en peña promoviendo que un oficial se casara con la gloria.
Mientras eso ocurría, su hijo, el ex teniente Percival Matos, ya iba acumulando un prontuario luego de desertar del Ejército, del cual fue separado de manera deshonrosa cuando se sabía que estaba alzado junto a un grupito de delincuentes.
Los golpes dados por el ex oficial y su banda causaron conmoción en el país por la puntualidad y destreza de los mismos, sin que la Policía Nacional pudiera dar con su paradero, igual como habría ocurrido con un ex oficial PN, el teniente Fernando de los Santos, La Soga.
Al quedar involucrado un alto oficial del Ejército, que supuestamente suministró armas para la comisión de los asaltos al ex teniente Percival Matos, la institución perdió crédito por su aparente ineficacia en hacer cumplir sus normas y seguir los pasos a oficiales sospechosos.
En los últimos años numerosos oficiales han sido puestos en retiro y a disposición de la justicia debido a la comisión de delitos comunes vinculados con el narcotráfico y asaltos a mano armada. La riqueza de algunos, exhibida sin ninguna preocupación, no ha ameritado ninguna atención.
Una policía zarandeada
De los Santos, La Soga, un azote en Santiago, acusado de varios crímenes, entre ellos la muerte de dos jóvenes supuestamente por encargo de una pareja de empresarios, ha zarandeado las jefaturas de los generales José A. Polanco Gómez y Nelson Peguero Paredes.
De los Santos, La Soga, un azote en Santiago, acusado de varios crímenes, entre ellos la muerte de dos jóvenes supuestamente por encargo de una pareja de empresarios, ha zarandeado las jefaturas de los generales José A. Polanco Gómez y Nelson Peguero Paredes.
Los hechos que envuelven al ex teniente Percival Matos, la falta de capacidad para detener la criminalidad en Santiago, que muchos allí la atribuyen al ex teniente La Soga, así como el desasosiego de la sociedad, han agotado la dirección del general Peguero Paredes.
fuente:listindiario.com
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