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La Semana Santa y la costumbre de no comer carne en estas fechas lleva a muchos en México -un país eminentemente católico- a visitar este enorme espacio del oriente de la capital.
Un lugar donde conseguir al mejor precio desde piezas habituales como la mojarra o el camarón a productos exóticos como el tiburón martillo (cornuda).
"Traigo toda mi familia, y lo que disfrutas es el paseo", explica Cirilo Colinas, quien acudió a La Nueva Viga desde Toluca, en el colindante Estado de México, con su esposa, hijos y nuera.
El trayecto, de hora y media si no hay atascos, le transporta a su infancia. "Desde muy pequeño me han traído aquí, pues yo vivía en Distrito Federal", explica.
Además de por nostalgia, Colinas acude a La Nueva Viga porque en los establecimientos, -que distribuyen al mayoreo y al menudeo- "hay mucho surtido" y los productos son más económicos.
Fundada hace 25 años, La Nueva Viga es la segunda central de abasto de pescado más grande del mundo, solo por detrás del mercado Tsukiji de Tokio, y cuenta con 260 almacenes.
"¡Reina! ¡Pura mojarra! Blanca y morena, para que no haya discriminación", grita uno de los vendedores, que atribuye al buen humor las buenas ventas.
Montada en una caja, Erika Joana Moreno, dueña de la tienda Helen Mar, ofrece a sus clientes desde mojarra, sierra, bagre, salmón hasta atún, camarones, jaiba o lenguado de Veracruz.
"En Semana Santa suben las ventas hasta un 50 %", asegura la vendedora, quien también es una experta en dar "opciones" de cocina a los compradores y tiene mercancía para todos los bolsillos, desde 50 pesos el kilo (2,7 dólares) hasta 320 pesos (17 dólares).
En los pasillos del mercado, con el suelo encharcado y frío, se comercializarán esta Semana Santa más de 750 toneladas de cerca de 500 especies marinas, calcula la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Para hacer una buena caja, la disciplina es imprescindible. Con botas hasta las rodillas y manchas de pescado hasta los codos, Alan Camacho se espabila hoy a vender mojarras, peto y bacalao.
"Nos paramos a la 1.00 para llegar a las 3.00 de la madrugada. Es un trabajo cansadito, sobre todo ahora que es todo el día", subraya este vendedor que gana entre 1.500 pesos (unos 80 dólares) y 2.000 pesos (107 dólares) a la semana.
La Profeco estima que durante la temporada de Cuaresma se venden más de 90.000 toneladas de productos del mar a nivel nacional.
fuente:listindiario.com
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