Decía el filósofo italiano, Vincenzo Gioberti, que “el padre debe ser el amigo, el confidente, no el tirano de sus hijos”. Esta frase poco conocida es una realidad que se alimenta y se refleja cada día entre el papá que fomenta un trato sano con sus progenitores.
Se cree que con frecuencia la madre es la más “apoyadora”, por lo que los hijos ven en los padres el “Trujillo” de la casa, como dirían en buen dominicano. Sin embargo no siempre es así.
La confianza con los papás surge según sus comportamientos en el hogar y la seguridad de amistad que transmita, ya que estos ejemplos son los mensajes más fuertes que envían a sus retoños, creando así la buena comunicación sin importar la edad.
Pese a esto, algunos padres se limitan a erigir la sociabilidad con miedo a perder el control y el respeto. En tanto, el psiquiatra infantojuvenil del Centro Vida y Familia Ana Simó, Luis Isidro Ortega, desmiente este mito.
“Hay que saber jugar su rol. Esto no quiere decir que no haya un buen ambiente de amistad, pero siempre con las reglas claras, estableciendo los límites y las normas necesarias. También hay que asumir mucho respeto de las opiniones de nuestros hijos para poder tener esa relación favorable”, destaca Ortega.
fuente:lis
tindiario.com
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