250 gramos de harina común, una cucharadita de sal, 250 gramos de mantequilla y 150 mililitros de agua fría.
Estos son los ingredientes para preparar la masa de uno de los postres que más le gustan a Eugenia Cheng: el milhojas.
Pero para esta matemática británica, pianista, autora y amante de la cocina, esta receta es también la herramienta perfecta para explicar de manera sencilla un concepto matemático complejo: el crecimiento exponencial.
“Primero golpeas la mantequilla con un palo de amasar para que se vuelva suave y adquiera la misma consistencia de la masa de harina que la rodea”.
“La envuelves en la masa, la estiras con el palo de amasar hasta que se vuelve más delgada y la doblas en tres partes. Así, multiplicas el número de capas por tres”.
El proceso se repite unas 6 veces o 7 veces, hasta que se obtienen más de 1.000 capas.
Y esto es precisamente, “lo que son los exponenciales”, le dice Cheng a BBC Mundo. “Cuando multiplicas algo por tres repetidas veces, el número crece muy rápido”.
“Gracias a los exponenciales podemos preparar algo delicioso para comer”, añade, “y no lo podrías hacer sin las matemáticas ya que tratar de amasar capas individuales de masa tan finitas sería imposible”.
Simple, ¿no?
Cambios
Cheng cree que es fundamental introducir cambios en el sistema de educaciónbasado en la memorización, la evaluación constante y en la asociación de ciertas habilidades a edades específicas.
En cambio, dice, hay que enseñarles a los niños a pensar, crear y descubrir cosas por sí mismos.
fuente:acento.com.do
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