Esa es la dura conclusión a la que llegaron los padres de Otto Warmbier, el estudiante estadounidense que murió en junio luego de pasar año y medio como prisionero en Corea del Norte.
Fred y Cindy Warmbier ofrecieron por primera vez una entrevista para la televisión de EE.UU. en la que narraron el mal estado de salud en el que recibieron a su hijo.
El joven de 22 años tenía un "daño cerebral grave", les habían advertido los médicos cuando su hijo aterrizó bajo cuidados médicos intensivos en Cincinnati, en el centro de EE.UU.
Pyongyang había dicho que lo liberaba por "razones humanitarias", luego de las gestiones que hizo el gobierno de Donald Trump.
Pero los padres dijeron que no estaban preparados para el nivel de daño que encontraron en su hijo, según explicaron en la entrevista con la cadena Fox News.
"Otto tenía la cabeza afeitada, tenía un tubo de alimentación que salía de su nariz,estaba mirando fijamente al espacio, sacudiéndose violentamente", explicó Fred Warmbier en la entrevista.
"Estaba ciego, estaba sordo", explicó el padre, quien también sospecha que a Otto le hicieron un reacomodo de sus dientes inferiores.
Además tenía una gran cicatriz en su pie derecho y en cuestión de horas su fiebre llegó a los 40 grados.
Robo de propaganda
Otto Warmbier fue condenado en marzo de 2016 a 15 años de trabajo forzado en Corea del Norte por intentar robar un cartel de propaganda en un hotel de Pyongyang.
Corea del Norte dijo que Warmbier contrajo botulismo y le dieron una "píldora para dormir" que lo dejó en ese estado, pero los médicos estadounidenses dijeron que no era creíble esa afirmación.
Cuando llegó a Cincinnati, el joven era "incapaz de hablar, de ver y de reaccionar a las órdenes verbales", dijeron en junio sus padres.
fuente:bbc.com
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