domingo, 1 de octubre de 2017

Caño Cristales, el río de colores, que la paz en Colombia, el fin del conflicto liberó

Parecían sus dueños. Dicen que Caño Cristales era el lugar de paseo de las FARC. “El balneario del Mono Jojoy”, repite el presidente Juan Manuel Santos cada vez  que se refiere a este paraíso del Meta, una zona que por años estuvo controlada por la guerrilla. Sus órdenes eran obedecidas a la fuerza. A María Martínez le tocaba cocinarles. La buena suerte de vivir a pocos metros del río parecía un castigo. “Ellos llegaban y teníamos que hacer lo que dijeran. A mí me correspondía hacerles de comer. Eran muchos”, dice desde la cocina de su rancho de madera. La construcción más cercana al “río más bonito del mundo”, como lo describen los que se maravillan cuando lo ven. Si hace sol, el agua parece que fuera de cinco colores. Es tan cristalina que se ven las plantas acuáticas, las formaciones de roca y la arena.
El año pasado 15.000 turistas lo visitaron. En 2010 apenas 1.500 se atrevieron. “A la gente le daba miedo venir”, explica María, de 84 años. “Con mi esposo encontramos este lugar hace cuarenta años. Nos vinimos para acá porque había aire y libertad”. Eso creían cuando llegaron, pero a finales de los noventa el presidente Andrés Pastrana la nombró como parte de la zona de despeje, territorio por el que podían campar libremente los ya excombatientes, en el fracasado diálogo con las FARC y la región pasó a manos de la guerrilla. “Ellos eran los que mandaban”, cuenta Epaminondas Bernal, uno de los hijos de María. Los cultivos ilícitos que proliferaban en la región hicieron que muchos nadaran en dinero, pero no fue el caso de la familia Martínez. Ellos tuvieron que vivir entre la presión del Ejército y la guerrilla. “Nos tocó estar en el medio, no podíamos hacernos a un lado o a otro. Vivimos siempre de lo que ve ahora, de lo que diera la tierra. De maíz, yuca, plátano y malanga”, asegura Bernal.
fuente:elpais.com

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