El gobierno del presidente Danilo Medina le ha plantado cara a la inseguridad que advierten casi todos los sectores del país aún dentro de su régimen, porque en la situación, compartida por otros países de la región, incide mucho la desigualdad social crónica.
Si a alguien perjudica el clima de inseguridad, como también la corrupción, podría ser al gobernante tras cinco años y meses de haber asumido el poder, con una obra reconocida que muchos réditos le dará de aquí a cuando se decida su sustituto en las elecciones de 2020.
Muchos de los actores de la inseguridad, maleantes menores y mayores deslumbrados por la riqueza rápida y el vivir del hedonismo, quizás podrían haber sido levantados de la miseria con trabajo, programas sociales y alivio de las barriadas donde moran los pobres.
Estados Unidos mantiene desde hace algún tiempo una presión sobre República Dominicana al decir que el país es un reservorio de las drogas narcóticas.
Mucha de esa droga tiene como destino el voraz mercado de Norteamérica, donde hay ahora una enorme epidemia de los opiáceos.
Poco ha faltado para que Estados Unidos, como hizo con Haití con poco resultado, advierta a los turistas de su país que deben abstenerse de visitar a RD.
Se sabe que el tema ha sido tratado en el Departamento de Estado pero no se han atrevido a tomar una medida que podría verse aquí como inamistosa.
En su discurso, hace días, ante la matrícula de la Cámara Americana de Comercio, el encargado de negocios interino de la embajada de Estados Unidos advirtió sobre la corrupción que existe en el país, pero solo se refirió a la de esferas oficiales.
Esa corrupción, al decir del encargado de negocios interino, Robert Copley, ha llevado a inversionistas de su país a quejarse ante oficiales de la misión diplomática y repensar sobre sus propósitos, aunque República Dominicana tiene cada vez más negocios norteamericanos protegidos por leyes.
fuente:listindiario.com
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