miércoles, 13 de diciembre de 2017

"Piensan que somos más débiles, pero matar, matamos igual": el peligroso doble papel de las mujeres en las pandillas de Centroamérica

"Mi madre no hacía más que fumar crack y mi padrastro llevaba violándome desde que tenía 6 años. Pero un día me harté y lo maté. Fue la primera vez que asesiné a alguien.
Lo hice con un cuchillo y fue bien difícil.
Yo, con mis 12 años, era bien chiquita y él un hombre grande que se resistió con todo su cuerpo hasta el último momento.
Pero lo logré. Y él se llevó su merecido.
Por aquel entonces no sabía nada sobre cómo esconder un cuerpo o borrar evidencias, así que me llevaron presa. Me encerraron en un penal para menores.

"Somos el cerebro de la pandilla"

"Mi verdadera familia es el Barrio 18. La sangre te hace pariente, pero es el respeto de la pandilla lo que te hace familia.
Me aceptaron porque conocía a la gente, porque mi madre también era pandillera. Fue antes de que la metieran presa.
Lo primero que hice fue vender droga en las escuelas. Me ponía el uniforme y nadie sospechaba.
Luego empecé a reclutar para la pandilla. Sobre todo a chicos de la calle.
Llegaba y les daba de comer. Otro día les llevaba zapatos, lo que necesitaran. Así te ganas su confianza y ven que la pandilla te ayuda. Y luego les puedes pedir cualquier cosa. Que maten por ella, por ejemplo.
Además de eso, también caminaba".
Cuando un pandillero te camina, te lleva a un lugar en el que otros te asesinarán.
"Es lo que suelen hacer las mujeres, porque somos más discretas. Pasamos desapercibidas. ¿Quién va a pensar que vamos a matarlo?
fuente:bbc.com

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