lunes, 22 de enero de 2018

Enfermedad de Kawasaki: afecta la piel, la boca y los ganglios linfáticos de los niños

En la década de 1960 el pediatra japonés Tomisaku Kawasaki observó y describió un síndrome que
afectaba la piel, la boca y los ganglios linfáticos de los niños.
La condición descrita por el médico japonés es conocida en la actualidad como enfermedad de Kawasaki y se caracteriza por una inflamación generalizada de los vasos sanguíneos que puede afectar las arterias coronarias.
Esta vasculitis toca sobre todo a niños entre uno y ocho años y, de no recibir tratamiento a tiempo, llega a poner en peligro su salud cardíaca y sus vidas. Cuando aparece en pequeños menores de un año o mayores de ocho, el riesgo se eleva.
El problema, según Janet Toribio, cardióloga pediatra de Cedimat, es que en ocasiones la enfermedad pasa inadvertida. Su causa precisa se desconoce y sus síntomas se confunden con los de otras patologías.
Enfermedad de Kawasaki tratada a tiempo no deja secuelas
Con tratamiento oportuno, tan pronto como en los primeros diez días a partir de su aparición, la enfermedad de Kawasaki se revierte y no deja secuelas. Pero esta condición puede pasar inadvertida o no ser diagnosticada a tiempo, ya que tiene síntomas comunes a otras patologías.
Esos síntomas incluyen erupción cutánea generalizada (sobre todo en la ingle y el tronco), enrojecimiento de la mucosa de los labios y de la lengua (adquieren un color fresa), ojos rojos, faringitis sin placa, dolor de cabeza, fiebre, náuseas, vómitos, malestar general, irritabilidad e inflamación de los ganglios linfáticos del cuello (por eso algunos la confunden con papera y otras infecciones virales).
Datos de interés
ï Se conoce también como enfermedad ganglionar mucocutánea. Tomisaku Kawasaki la nombró en principio síndrome de ganglio linfático mucocutáneo febril agudo.
ï No es una enfermedad contagiosa.
ï Se desconoce su causa exacta.
ï En el abordaje debe participar el cardiólogo.
ï Pacientes con aneurismas requieren seguimiento prolongado con la realización periódica de ecocardiogramas y angiotomografías.
ï Los niños cuya condición se ha complicado ameritan reposo luego del tratamiento, ya que su sistema inmunológico queda comprometido.
fuente:listindiario.com

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