jueves, 25 de enero de 2018

PRODUCCIÓN AGRÍCOLA: Limoncillo chino fruta que se puede exportar; tiene muchas demandas en EE. UU, Canadá y Europa

El longan (limoncillo chino) es un árbol de una altura media (10 metros a 12 metros, aunque puede llegar a 32 metros). El ancho es prácticamente igual, por lo que tiene una imagen muy atractiva, lo cual motiva a la siembra con fines ornamentales.
Pertenece a la familia de las Sapindaceae, es decir igual que: el seso vegetal, el lichi, el pulasan, el rambután y otras plantas más. Su nombre científico es Nephelium longan y aunque muchos los confunden con el lichi es una especie diferente.
El longan se desarrolla y produce bien en el trópico y sub-trópico, desde 0 metros sobre el nivel del mar (MSNM) hasta los 500 MSNM. Sin embargo hay variedades que se desarrollan y producen bien hasta los 1,400 MSNM y los 1,500 MSNM. La producción de este frutal es alterna, o sea un año tiene una buena producción (esta puede alcanzar los 4 y 5 quintales de fruta por árbol) y la siguiente cosecha será muy inferior.
En Thailandia se ha obtenido la variedad “Diamont River” la cual produce frutos todos los años en igual proporción y también produce fuera de época. Los rendimientos de esta variedad son buenos y la calidad y el sabor de los frutos muy agradable.
Se puede reproducir por semillas, por injerto y por acodos aéreos. Por injertos y por acodos aéreos, además de reducir a 2 y 3 años para obtener la primera cosecha, se consiguen plantas más homogéneas, de buena calidad como la planta madre, y en el caso del injerto, se logra obtener con mejor resistencia a condiciones del suelo, según el patrón utilizado.
El Ministerio de Agricultura en la Regional Norte, tiene en Villa Gonzalez, Santiago, la Estación Experimental y Demostrativa en frutales tropicales exóticos, la cual fue organizada y equipada por técnicos especialistas en frutales de la Embajada de Taiwán en República  Dominicana.  Dentro de los diferentes frutales tropicales exóticos que se investigan y multiplican, está el longan. En mayo del año pasado (2017), estos árboles iniciaron una pequeña pero significativa floración. Las abejas atraídas por el néctar y el polen, se encargaron  de realizar la polinización, con lo cual se logró una primera producción de este frutal en terrenos de bajas alturas (183 msnm), en esta zona del Cibao.

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