
Resulta ser que hace un par de días, Rosangela fue internada de emergencia por sufrir fatiga extrema y en el hospital sufrió dos ataques cardíacos. Los médicos determinaron que dados sus antecedentes clínicos (padecía de convulsiones), la mujer sufrió un “shock séptico”, por lo que la declararon muerta el pasado 28 de enero y solo 24 horas después la enterraron.
Pero once días después, los vecinos del cementerio Nossa Senhora de Sant’Ana dicen haber escuchado muchos gritos y llanto proveniente desde la tumba de Rosangela.
“Cuando llegué justo en frente de la tumba, escuché golpes desde adentro. Pensé que los niños que jugaban en el cementerio me estaban gastando una broma. Luego escuché otros dos gemidos y finalmente la voz se calló”, comentó una vecina.
Pronto, la familia de esta mujer llegó al panteón y pronto se pusieron a cavar para ver qué estaba pasando; lamentablemente, se percataron que ella falleció unas par de horas antes, en su intento y desesperación por salir.
fuente:eldiariony.com
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