lunes, 19 de marzo de 2018

Embarazos en adolescentes endurece más la pobreza

Las condiciones en las que vive la familia de Yeni (nombre ficticio) hablan por sí solas de su pobreza. Con apenas 13 años y luego de un largo proceso en un hospital como consecuencias de un embarazo no planificado y de alto riesgo, Yeni se convirtió en madre.
El pasado 21 de enero se vio entre la vida y la muerte al dar a luz a su criatura. Tuvo que pasar por momentos dolorosos y gastos excesivos que no podía cubrir. Hoy vive en una casa prestada porque su condición de salud le impide vivir donde residía.
El costo que tiene que enfrentar esta familia es elevado con respecto a los pocos ingresos que recibe.  La carga económica del hogar está encima de su madre, Alba (nombre ficticio), quien con apenas 33 años no solo le toca asumir ser abuela joven, sino que tiene que enfrentarse a una situación económica y emocional para la que no estaba preparada.
Alba no tiene un trabajo formal, vive de hacer lavados por paga en su comunidad. En ocasiones ha tenido que trabajar en negocios nocturnos para solventar las carencias económicas de su familia.
Con lágrimas en los ojos cuenta que se quería volver loca y duró dos días sin comer cuando supo que la mayor de sus tres hijos ya tenía cuatro meses de gestación.
El padre de la bebé apenas tiene 16 años, estudia y ordeña vacas con su abuelo. La madre, como una forma de cubrir la responsabilidad de su hijo, de vez en cuando le enviaba a Alba RD$500, con los que ella podía comprar medicamentos y alimentos.
Para Alba era un dolor de cabeza cada vez que llegaba el momento de acompañar a su hija a una cita médica. Tenía que hacer malabares para conseguir los RD$200 semanales para cubrir los pasajes, y, en todo caso los RD$150 para comprar un servicio de comida para las dos.
fuente:listindiario.com

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