lunes, 19 de marzo de 2018

Hacia un mundo sin cigarrillos

La industria tabacalera está desarrollando nuevos dispositivos tecnológicos para reemplazar el cigarrillo tradicional. Esta estrategia, que a primera vista puede sorprender, se basa en el principio de la reducción de daños asociados a ciertas prácticas o comportamientos.
Las políticas de reducción de daños se adoptan en situaciones en las que prohibir una conducta no es un camino viable. Por ejemplo, aunque conducir es riesgoso, los gobiernos no sugieren que la gente deje de hacerlo. En su lugar establecen reglas para que conducir sea más seguro, alientan el uso del cinturón de seguridad, obligan a las automotrices a que los autos cumplan con ciertas normas de fabricación y lanzan campañas de conducción responsable, entre otras medidas.
Se asume que, ya sea por costumbre social, necesidad o simplemente decisión en pleno uso de sus capacidades, las personas no van a dejar de conducir automóviles pese a los riesgos que ello conlleva. De allí que se opte, en vez de prohibir la actividad, por promover un manejo responsable e informado en función de reducir los riesgos o daños.
En el caso de las tabacaleras, el objetivo es ofrecer alternativas potencialmente menos dañinas a aquellas personas que fuman y que, por una razón u otra, no quieren dejar de disfrutar el consumo de tabaco. Muchos científicos y hasta algunos reguladores coinciden con este abordaje.
fuente:listindiario.com

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