Un paladín de la democracia, un orador que arengaba a las masas y que, como una especie de imán, conseguía colocar al pueblo dominicano de su lado.
Ese era José Francisco Peña Gómez, quien a pesar de poseer esas cualidades y dotes de liderazgo, falleció hace 20 años de un cáncer en el páncreas sin haber cumplido su sueño de convertirse en presidente de la República.
Sus tres intentos de llegar al poder en 1990, 1994 y 1996 se vieron frustrados por campañas sucias, ataques voraces por parte de sus adversarios políticos y divisiones internas en la entidad que actualmente lo considera su líder histórico, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Aquel tumor maligno que segó su existencia se produjo, según sus propias palabras, a esfuerzos denodados, enormes privaciones, insoportables sacrificios y horribles presiones sicológicas.
“Tuvimos que responder los asaltos permanentes de una campaña de descalificación personal y política que utilizó desde el racismo más primitivo hasta las imputaciones más perversas, negadoras de la honradez proverbial que nos ha caracterizado”, escribió Peña Gómez al comité de su partido en 1994 cuando el país se enteró del fatídico diagnóstico. El primer evento que lo catapultó como una figura a tomar en cuenta fue cuando anunció en su programa radial el levantamiento cívico-militar en abril de 1965, que posteriormente desencadenó la revuelta constitucionalista y la segunda intervención estadounidense.
Durante los 12 años de Joaquín Balaguer fue perseguido y censurado, por lo que en ocasiones sus actividades políticas tuvo que hacerlas en la clandestinidad.
La férrea oposición a los gobiernos de Balaguer le granjearon un liderazgo irrefutable que llegó a ser respetado por el mismo caudillo reformista, a quien combatió hasta el final de su vida.
fuente:listindiario.com
0 comentarios:
Publicar un comentario