Cuando Brenda Villasin dejó a su hija de 9 meses en la casa de su abuela el miércoles por la mañana, besó los pies de la bebé dormida y se despidió.
Esa fue la última vez que vio viva a la pequeña Liana.
Horas más tarde, Villasin recibió una llamada de un pariente diciéndole que algo horrible le había sucedido a su hija. Presa del pánico, aceleró por la autopista I-95 "a 100 millas por hora", desde su trabajo en Pompano Beach hasta la casa de la abuela paterna de su bebé en Miramar.
Cuando llegó, Villasin encontró a la policía. Su hija había muerto al ser atacada por un perro de la familia mientras estaba en una silla mecedora para bebés, le dijeron las autoridades.
fuente:elnuevoherald.com
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