Joy desliza sus manos por el piano y parece levitar cuando escucha las primeras estrofas de la canción “Estoy bien, estoy en paz”, la preferida de su esposo
Joshua Stephen Wesson, el pastor que se convirtió en un símbolo del amor hacia los demás cuando falleció hace un año tras salvar a cinco jóvenes que estuvieron a punto de morir ahogados.
El pasado domingo 7 de agosto, al cumplirse justo un año de su deceso, la Iglesia Bautista El Faro, ubicada en la urbanización Máximo Gómez de Santo Domingo Norte, ofreció un culto de recordación en el que hubo canciones, testimonios, anécdotas y detalles de su labor como misionero en República Dominicana.
En el acto estuvieron presentes su esposa Joy y sus hijas Kimberly, Aslhey y Keitly, así como algunos de los adolescentes que logró rescatar ese día y los hermanos que le apoyaron durante su labor pastoral en el país. Tiene otro hijo llamado Steven que no estuvo presente en el acto.
“En esta vida necesitamos personas como él”, expresó Francisco Camacho, uno de los miembros de la Iglesia El Faro, quien agregó que Wesson fue un ejemplo para la comunidad donde pastoreó y el país.
Miguel Salazar, otro hermano de la iglesia, dijo que Wesson podía estar muy ocupado y estresado, pero siempre tenía esa mirada feliz, un reflejo del “gozo que sentía cuando servía a los demás”.
Uno de los momentos más emotivos del culto fue la presentación de un vídeo con detalles de su labor como misionero en República Dominicana y Estados Unidos, especialmente cuando apareció cantando junto a sus cuatro hijos.
Joy Wesson dijo que su fe en Dios se ha fortalecido luego de aquel triste momento porque las vidas transformadas por su esposo a través de lo que predicó y lo que sembró en la iglesia El Faro aún permanecen. “En ningún momento me he sentido sola, tenemos una paz en la familia inexplicable. Su partida es parte de un plan maravilloso de Dios en nuestras vidas y yo estoy dispuesta a seguir en la labor misionera”, agregó.
Juan Carlos Pérez Peralta, de 16 años, uno de los jóvenes a quien Wesson salvó la vida aquel día, recordó que cansado de nadar se estaba hundiendo y ya había decidido rendirse cuando sintió esa mano que lo tomó y luego lo sacó a la orilla.
Cuenta que desde ese momento los propósitos en su vida están escritos a lápiz para que Dios pueda borrarlos y cambiarlos en cualquier momento.
Abel Cordero, otro de los adolescentes salvados de las aguas por el pastor, declaró que se trató de un momento que le marcó para siempre porque Wesson demostró con su acción que “le importaba mi vida”.
El mensaje del oficio religioso estuvo a cargo del pastor Chad Pape, quien apoyado en el libro Proverbios precisó que “Dios nos manda a andar por el camino de los buenos”, tras indicar que el Señor utiliza a personas como Wesson para impactar las vidas de otras personas.
Wesson murió ahogado el 7 de agosto del año pasado, pero antes pudo rescatar a cinco adolescentes que fueron arrastrados por la crecida repentina de la marea en la playa Punta del Muerto de la localidad Villa Sinda, en la provincia Montecristi.
El pastor bautista lideraba a un grupo de doce adolescentes con edades entre 12 y 16 años y nueve adultos que participaban en una Escuela Bíblica de Verano, en la que realizaban manualidades, participaban en juegos recreativos y recibían estudios bíblicos.
Las 21 personas participaban en el último de los cinco días del campamento de verano organizado por la iglesia, cuando cerca del mediodía decidieron disfrutar de un baño en la playa.
El pastor Wesson logró rescatar a los adolescentes que se ahogaban, esfuerzo que resultó extenuante y en el que penetró mucha agua a sus pulmones. Falleció cuando intentó rescatar a un sexto joven de 18 años, Julio Miguel Peña Novo, quien también murió en el hecho.
fuente:listindiario.com
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