Lucas Navarro fue ingresado en el Nicklaus Children’s Hospital en Miami con influenza cuando tenía cuatro meses de edad, pero regresó a casa con daños cerebrales y un tubo de alimentación en el estómago. Ahora Lucas no puede hablar, no puede dar más de unos pocos pasos ni tragar alimentos sólidos.
Su madre dice que un enfermero que había ingerido metanfetamina le retiró accidentalmente el tubo respiratorio al niño mientras lo aseaba, dejándolo sin poder respirar al menos siete minutos y provocándole un paro cardíaco, según una demanda presentada el verano pasado en el Tribunal de Circuito de Miami-Dade.
El enfermero en cuestión, Thomas Sprufera III, temblaba y sudaba, y tenía los ojos inyectados en sangre, el día de noviembre del 2015 que bañó a Lucas, dijo la madre, Linezka Torres, en una entrevista en febrero en la oficina de su abogado. A pesar de lo ocurrido con el enfermero, Torres dijo que creía que los médicos y enfermeros que trabajaban en la unidad de cuidados intensivos del Nicklaus Children’s sabían lo que estaban haciendo.
El enfermero, dijo la mujer en español, estaba “hiperactivo, muy efusivo, muy ansioso. Eso no parecía normal, pero pensé que era parte de su personalidad porque nadie dijo nada. Yo traté de aceptarlo, como todos los demás”.
fuente:elnuevoherald.com







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