El famoso "corazón roto" no es sólo una metáfora. Es la definición de un daño que puede resultar irreparable, un síndrome que deriva de las situaciones estresantes. Una fuerte discusión, terminar una relación afectiva o perder un familiar pueden provocar que falte el aire, que se tensen los músculos, que el corazón se acelere y aumente la velocidad a la que fluye la sangre en las venas o que se nuble la vista, entre otras cosas, todos síntomas que dan lugar a la aparición de la compleja patología.
El síndrome del corazón roto o cardiomiopatía de TakoTsubo es una afección cardíaca causada por estrés, descrita por primera vez en Japón en el año 1990. "Es una enfermedad que simula un infarto agudo de miocardio, a veces seguido de cuadro de insuficiencia cardíaca y que puede tener una mortalidad variable entre el 5 y 7 por ciento", explicó a Infobae el doctor Daniel López Rosetti, Jefe del servicio de medicina del estrés del Hospital Municipal de San Isidro.
Las principales afectadas son las mujeres postmenopáusicas -entre 55 y 75 años-, protagonistas de alrededor del 95 por ciento de los casos. La otra cuestión llamativa, indica el especialista, es que las arterias coronarias se presentan sanas, sin alteraciones.
Surge debido a un golpe, trauma o shock emocional que la persona haya sufrido en los últimos días, semanas o meses. "Quiere decir que es un síndrome de naturaleza emocional afectiva, que altera la función cardíaca e incluso puede llevar a la muerte", sostuvo el experto aunque dijo que si el tratamiento es adecuado, la recuperación es integral y el paciente queda perfectamente bien del corazón, ya que no tiene alteraciones coronarias.
"Si bien la mayoría de las personas deben permanecer en el hospital mientras se recuperan, afortunadamente, los pacientes que lo sufren tienen buena evolución debido a que los trastornos o alteraciones de la motilidad ventricular son reversibles, por lo que se logra una recuperación completa en pocas semanas. Al egreso sanatorial, es conveniente un seguimiento cardiológico para monitorizar el tratamiento y evolución", agregó Carlos Reguera, jefe del área de cardiología y medicina preventiva en INEBA.
fuente:infobae.com
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