Para bien o para mal, los tatuajes están pensados para permanecer contigo para siempre. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que esa permanencia va más allá de la piel. Según un nuevo estudio los pigmentos y las impurezas químicas tóxicas que contiene la tinta de un tatuaje pueden recorrer el cuerpo hasta acumularse en los ganglios linfáticos, que son estructuras con forma de alubia que filtran sustancias como parte del sistema inmunitario del cuerpo humano. Esa acumulación puede conducir a una inflamación crónica de los ganglios y si tienes bastantes tatuajes, esto podría asustarte un poco.
De hecho, los científicos, sorprendentemente, saben muy poco sobre cómo la tinta de un tatuaje afecta al cuerpo. Muchas de las tintas contienen pigmentos orgánicos, pero también pueden llevar contaminantes y conservantes como el níquel, el cromo, el magnesio o el cobalto. (Imagínate tener todos esos elementos en la piel, no hay duda de que deben tener efectos secundarios). El carbón negro es el componente más común en la tinta de tatuajes, seguido del óxido de titanio (TiO2), un pigmento blanco que se encuentra con frecuencia en los aditivos de la comida y también en la crema solar.
fuente:infobae.com
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