jueves, 16 de agosto de 2018

La Restauración de la República: auténtica guerra de liberación nacional

La gran enseñanza del movimiento nacionalista y revolucionario de oposición a la anexión de República Dominicana a España, conocida en la historia como la Restauración de la República, es que el pueblo aprendió que, aunque tiene raíces españolas, no es español, sino dominicano. Así lo explica el Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Al analizar el hecho que se produjo a raíz de la anexión de República Dominicana a España luego de haberse consumado la Independencia Nacional del 27 de Febrero de 1844, el doctor Augusto Bravo Mena, asegura: “Este acontecimiento nos ayudó a comprender definitivamente que no somos españoles, pues la clase dominante y sectores pro España consideraban que éramos españoles y así se lo inculcaban a la población”, dijo el también catedrático de Historia al destacar que de ahí, la gran importancia de resaltar el hecho histórico de la Restauración, el cual permitió restaurar nuestra República, nuestra independencia.
República Dominicana fue anexada a España el 18 de marzo de 1861 por el grupo dominante, encabezado por Pedro Santana, quienes querían preservar sus privilegios como clase élite, pero enseguida inició la lucha de varios sectores del pueblo que se oponían, por lo que  hubo manifestaciones desde el primer momento, pero la  manipulación, el control del Estado y vínculos a sectores extranjeros posibilitaron que Santana llevara a cabo la anexión, a 17 años de que el país declarara su independencia luego de 22 años de haber estado sometida por Haití.
De acuerdo a Bravo Mena, la gran trascendencia de la guerra de la Restauración  radica en que fue protagonizada por el pueblo en su conjunto que, a diferencia de la lucha independentista, realizada por la clase media urbana, la pequeña burguesía, en el proceso de restauración de la República participaron todos los sectores del país (campesinos, obreros, intelectuales, profesionales, militares) y fue una lucha popular.
Aunque el profesor Bravo destaca que lo que pasó no puede modificarse, asegura que es necesario estudiar el pasado, la historia, debido a que por ejemplo: “El período histórico de la Restauración nos enseña que un pueblo aunque sea pobre, humilde, sencillo y mal equipado se enfrenta a otro puede vencerlo y esa es una gran enseñanza de la Restauración”, asegura.
Otra de las enseñanzas que podemos aprender de la lucha restauradora es que cuando los dominicanos se unifican y se empoderan pueden lograr los objetivos colectivos que se proponen.
Gregorio Luperón
La guerra restauradora, que se inició con el Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863, del cual hoy se cumplen 155 años, fue protagonizada por dominicanos, muchos de ellos jóvenes como Gregorio Luperón, quien fue la primera espada de tan importante episodio de la historia del país. Pero también hubo otros personajes fundamentales del proceso restaurador como Gaspar Polanco, Pedro Antonio Pimentel, Benito Monción, Santiago Rodríguez, (quien encabezó el emblemático Grito de Capotillo).
Ellos, además de restaurar la Independencia Nacional, lograron desplazar del poder del sector tradicional que representaban los hateros.
fuente:listindiario.com

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