El padre, que “no sabe leer, ni escribir, ni contar, no se daba cuenta de la gravedad de la situación y se gastaba todo su dinero de la asistencia social en alcohol“, contó Carole Papon, representante de la asociación Francia Víctimas 87.
Además, fue denunciado por violencia y condenado a tres meses de prisión por el tribunal de Limoges, en el centro de Francia.
Los chicos ya están siendo atendidos por expertos psicológicos y médicos; y se les asignaron hogares sustitutos. Allí, las familias están trabajando para que incorporen alimentos de a poco. El abogado, Bruno Robinet, detalló: “Han tenido que enseñarle al mayor lo que eran las legumbres y la carne. El más joven de los hermanos, enviado a otra familia, no ha dicho una palabra”.
Según el fiscal adjunto del caso, no había absolutamente nada en el refrigerador. Agregó: “No había heladera, los niños dormían en un colchón sin cobertores y no había juguetes. Su papá los alimentaba con galletas y Coca Cola“.
fuente:eldiariony.com
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