miércoles, 17 de julio de 2013

CÁRCEL:Al límite de la locura

Durante los 16 años que Joe Simpson –nombre ficticio- estuvo recluido en una unidad de aislamiento de Pelican Bay State Prison, el único ser vivo con el que tuvo contacto era una rana. Joe había encontrado al animal en el pequeño patio de ejercicios que se le permitía usar de vez en cuando y, durante meses, estuvo recogiendo bichos para alimentarla. Pero cuando decidió declararse en huelga de hambre para protestar por sus condiciones de reclusión, los guardias se llevaron a la rana.Esta historia que suena a ficción, a la dureza metálica de las cárceles, es real y la cuenta Amnistía Internacional, la organización de defensa de los derechos humanos que lleva muchos años denunciando “la terrible situación de los presos de California sometidos a aislamiento”.
Joe está entre los 25.000 presos que, según cálculos de Amnistía, permanecen recluidos en centros de aislamiento de máxima seguridad en al menos 44 estados del país y en el sistema penitenciario federal.De ellos, más de 3000 se encuentran en California, soportando condiciones de reclusión, calificadas de “estremecedoras” por la organización.Expertos de Amnistía Internacional que han visitado Pelican Bay, aseguran que los presos permanecen hasta 22 horas y media al día encerrados en celdas de dimensiones inferiores a ocho metros cuadrados, sin ventanas y con escaso acceso a la luz natural y al aire fresco.
Durante una hora y media se les permite hacer ejercicio en un patio de hormigón vacío, con muros de siete metros de altura y sólo una franja de cielo visible a través de un techo de plástico.Los programas de rehabilitación no existen, no hay actividades de grupo y el contacto humano está muy restringido. El único vínculo que la mayoría mantiene con el exterior es a través de cartas. Algunos internos llevan más de diez años sin recibir visitas de los familiares, y cuando las tienen es a través de una pantalla de cristal.Los efectos a largo plazo sobre la salud física y mental son devastadores. En muchos casos, acaban en suicidio. El 42% de los suicidios cometidos en cárceles de California entre el 2006 y 2010 se cometieron en unidades especiales de seguridad, según datos oficiales.
Fuente:elpais.com

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