La masacre talibán que acabó el martes con 148 personas -la mayoría niños- en una escuela militar del noroeste de Pakistán dejó a su paso una escena de devastación y sangre, mientras el país lloraba ayer miércoles en funerales masivos por las víctimas y el gobierno readmitió la pena de muerte para delitos terroristas.
El ataque del martes en la Escuela e Instituto Público Militar fue la mayor matanza de inocentes en el país, y conmocionó a un país cansado de inacabables atentados terroristas.
Ayer, cuando se permitió el acceso a los medios al lugar del ataque, se veían charcos de sangre en el suelo y las escaleras, ventanas desquebrajadas y marcos con las puertas arrancadas.
En todo el país se organizaron vigilias y en otras escuelas los estudiantes hablaron de su conmoción por la masacre en Peshawar, donde siete talibanes armados y con explosivos atados al cuerpo entraron para llevar a cabo la matanza.
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fuente:listindiario.com
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