En mayo pasado el mediocampista del Dundee FC del fútbol escocés Paul McGowan era noticia por haber escupido a un ‘cadenero’ en el rostro afuera de un bar.
Hoy el jugador de 30 años de edad lo es por haber jugado en muy peculiares condiciones en el partido que su club disputó ante el St. Mirren y en el que perdió por dos goles a uno.
La Liga Escocesa le permitió al jugador participar en el encuentro a pesar de que sobre McGowan pesan 200 horas de servicio comunitario no remunerado y una orden de libertad condicional, para lo cual le fue impuesto un grillete electrónico en el tobillo, que obviamente no se puede retirar en el lapso de un año.
McGowan suma este episodio a una larga historia de problemas legales en la última década y por ello además tendrá que pagar al agraviado 200 libras esterlinas.
fuente:diariolibre.com.do
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