Una mujer francesa de 29 años tendrá que vivir con las cicatrices físicas y emocionales provocadas por la penicilina que ingirió y que la dejó con quemaduras de segundo grado en un 90 % de su cuerpo.
A Camille Lagier le fue suministrado el antibiótico para un tratamiento de amigdalitis, pero desarrolló la condición conocida como necrólisis epidérmica tóxica (TEN) que afecta a una o dos personas entre un millón.
En el hospital de Avignon donde permaneció por varias semanas le tuvieron que vendar todo su cuerpo. Incluso presentaba quemaduras en la lengua y en sus genitales.
“Los primeros síntomas fueron los ojos llorosos y algunas manchas en mi espalda que se complicaron en un periodo de una hora”, dijo la joven al Daily Mail.
fuente:eldiariony.com
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